De esta
manera particular en nuestro dialecto señalamos a las personas que
continuamente hablan a los demás cosas malas o secretos de otros, también a quienes
acostumbran por diversos medios pasar informaciones sin importarle si son
ciertas o falsas e incluso le endilgamos el término a quienes alardean hablando
cosas falsas o situaciones propias ocurridas. Es un personaje común en la
ciudad y el uso de la palabra es de uso tradicional y reiterativo. “El brollero
de Miguelucho me dijo que el marido de Herminia la consiguió con otro” “No seáis
brollero, dejá de decir cosas que no son”
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