Este es el nombre de un pez que vive en los ríos del sur de Venezuela, de tamaño y boca pequeña y con muy afilados y números dientes que lo hacen muy voraz. En nuestro dialecto se ha tomado el nombre del mismo para señalar de esta manera a los ladrones que generalmente andan en grupo y de forma rápida y efectiva cometen sus fechorías. Igualmente a quien come de prisa le endilgan este adjetivo y recientemente a los que compran productos que escasean para revenderlos o almacenarlos. “Las pirañas me desvalijaron el negocio mientras fui a almorzar” “Ese muchacho es una piraña, se come todo esmollejao” “Las pirañas compraron toda la harina que había en el supermercado”
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