Esta palabra señala a un mamífero rumiante domestico cuya cría en nuestro país se hace desde tiempos precolombinos. Nuestro dialecto tomó esta palabra para señalar el hecho de hacer una picardía en el popular juego de dominó que consiste colocar una piedra incorrecta sin que los otros lo noten, por lo que con el transcurrir de los años se ha generalizado su uso como sinónimo de engaño y se ha usado en esta connotación. Tiene su génesis en los campos en los cuales se comercializaban animales pequeños de ovejas para la cría y dada sus características a esa edad algunos metían cabras entre el lote de las mismas. También se usa figurativamente para señalar una persona obediente, casi siempre en sentido burlesco. “Me metiste una cabra con los plátanos” “Eso que tocan Uds. es una cabra gaitera” “José es una cabra, va para donde le diga la mujer”
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