Sin quitarle el significado natural a esta palabra con al que se identifica a alguna persona que tenga las orejas grandes, en nuestra región y dialecto se le llama así a una delicia pastelera popular, gracias a lo económico de su precio, que consiste en pan en capas finas relleno de mermelada de guayaba y cortado en trozos horizontales pequeños, cuya preparación es parecida al brazo gitano. Su nombre viene de la forma del mismo. También se usa para señalar un estado de alerta ante algo desagradable o sorpresivo que se imagina. “Compráme unos orejones en la tienda” “Me dejasteis orejón con lo que me contasteis del abuelo”
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