Esta expresión muy usada en nuestro dialecto proviene del entorno musical, aunque acá generalmente no lo usamos para referirnos a ellos como parte de eso sino que llamamos de esa manera al regaño o injuria, casi siempre de forma ofensiva que se hace a una persona por diversas razones. Es una comparativa de la fuerza y la repetición que tiene esto con la música tocada en ese compás como las marchas, el tamunange o los ritmos de tambora. “Agapito me armó un seis por ocho porque lo dejé embarcado”
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