Esta expresión era común en antaño, aunque ahora su uso en la ciudad es inexistente y solo en el campo puede escucharse. Señala la misma a la herida redonda o la ampolla que se hacía en el hueso del tobillo, producto del roce del mismo con calzados hechos de cuero, normalmente botas para el trabajo. Debe su nombre al hecho que la misma poseía forma redondeada semejante al ojo de este animal. “A Eleuterio le salió un ojo de pollo”
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