Aunque
actualmente el uso de esta palabra lo asocian con la acción de consumir drogas,
esencialmente cocaína de mala calidad a la que le dan el nombre de perico, en
nuestro dialecto era común usarla para señalar la acción de pedir, que ejecuta
una persona que tiene esa costumbre recurrente, y en muchas ocasiones sin
necesitar lo que pide. Algo así como un mal hábito, a estas personas se les llamaba
igual que como llaman actualmente la droga. Tambien es usada como sinónimo de
brolliar o contar brollos o de hablar mucho "Luis anda periquiando
ahora azúcar y yo vi que tiene en su casa como diez kilos" "Nolberto
vive periqueando chicotes" “Las vecinas se la pasan periquiando de todo el
mundo” “Ese hijo tuyo es mas periquero que un radio fiao”
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