Con esta
palabra se definía hace muchos años en nuestro dialecto a la piel o pellejo.
Contrario a otros significados que se le da en el idioma. Al parecer nace esta
expresión del medio laboral, específicamente del de calzados donde los
zapateros usaban para encerar los hilos con el cual cosían los zapatos una
especie de cera hecha de peces y aceite. En otras regiones del país se le llama
así al sucio acumulado en los pliegues de la piel, lo que acá llamamos
cicutillo y en otros países de América al excremento. "Gumersindo se
raspó el cerote".
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