Este es el nombre con el que
se conoce a un moderno y delicioso protagonista de los desayunos locales en la
región, el cual nace de la combinación de otros dos más viejos, de allí deriva
el nombre. Por una parte el no maracucho pero tradicional y adoptado tequeño y por la otra el autóctono yoyo. Se prepara con harina de trigo,
colocando dos tapas de plátano frito cortado en rodajas entre las cuales se
coloca un trozo grueso de queso, preferiblemente semiduro , enrollándose en
forma de palitos gruesos alargados y friéndose, algunos le colocan también
jamón y hay quienes incluso le agregan otros tipos de queso, pero los que
comercialmente se venden son los que poseen sus ingredientes básicos. Este ha
desplazado al yoyo en la dieta local “Me
traéis dos tequeyoyos para el desayuno”
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