Se le dice así en nuestro dialecto a la suerte, a quien tiene suerte le dicen lechúo y esto viene del entorno popular donde se daba por descontado que las mujeres que podían amamantar a sus hijos tenían la suerte de no tener que gastar en comprar leche o pagar a alguien para que se lo amamantara, como era común en la época colonial.
jajaja
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