De esta forma
peculiar y con connotación despectiva en nuestro dialecto señalamos a alguien
cuyas acciones son desganadas o errabundas, incluso a quienes por timidez les
cuesta enamorar al sexo opuesto. Viene esto de la costumbre de las viejas
generaciones de beber leche recién ordeñada, la cual es caliente y tomar la sobrante,
considerada en cierta forma mala, para hacer mantequilla o queso. Con la
modernidad y la pasteurización el término quedó en cierta forma arcaico pero se
sigue usando. "Vos si sois leche fría, no te animáis para nada"
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