Esta expresión que deriva de otra
popular que es cambiar fuertes por lochas, o sea dar ganancias al aludido, se
usa como una forma de ofrecer un premio a quien cumpla un reto impuesto o como
pago exagerado por algún acierto, también como aseveración de que ocurrirá lo
profetizado. Se usan acá las dos monedas más populares de la época en que nace
esta expresión, el fuerte que son 5 bs y la locha que son 12 céntimos y medio.
Era utilizada sobre todo en el ambiente lúdico y de azar y aún sigue usándose
pero muy poco. “Fuertes a locha a que
ganan las Águilas el juego de la chinita” "Ese carajo no compra ni
fuertes a locha"
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