Este es el término original con el que los españoles decían que alguien estaba bravo, malhumorado y con el ceño fruncido, que se usó corrientemente hace muchos años con idéntico significado y que coloquialmente fue sustituido en nuestro dialecto por la palabra arrecho. Sin embargo no desapareció y aun se puede escuchar. “Papá está enfurruñao porque me rasparon todas las materias”
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